Eugenio Merino, el artista que expuso en Arco al dictador metido en una cámara frigorífica y que afronta un juicio por ello, recibe el apoyo de artistas en una exposición que aborda la figura de Franco desde la crítica y el rechazo.
PATRICIA CAMPELO
Eugenio Merino en su estudio. JUAN BARTE
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Sarcástico e irredento, el artista plástico Eugenio Merino (Madrid, 1975) afronta el próximo jueves un juicio en el que está acusado de dañar el honor del dictador Francisco Franco. La denuncia la interpuso la fundación que lleva su nombre y que ensalza la vida y obra del militar rebelde que desencadenó la Guerra Civil. Los hechos se remontan a la exposición de Arco del pasado año, donde Merino exhibió su obra Always Franco, en la que representaba al dictador metido en una cámara frigorífica. Ahora, una muestra organizada por la plataforma de Artistas Antifascistas ha reunido a una veintena de creadores que ofrecen su particular visión crítica de la iconografía franquista. La exhibición, que puede verse desde el viernes en Madrid, aborda la libertad de expresión como telón de fondo, y reclama la atención en la vigencia del legado de Franco en la sociedad española actual.
El próximo jueves arranca el juicio por presuntos daños contra el honor de Franco, ¿cómo lo afronta? ¿Es optimista?
No soy ni optimista ni pesimista. Lo grave ya ha ocurrido. El juicio es sólo el final de un proceso que ya ha ganado la Fundación Franco. Aunque gane el juicio, esta gente ha conseguido perjudicarme.
¿Esperaba esta consecuencia por la exposición de su obra Always Franco en Arco en 2012?
Que te denuncie la Fundación Franco, que José María Álvarez del Manzano, director de IFEMA, apoye a la fundación y diga que la obra es ofensiva, que el director de ARCO se pase todas las entrevistas sobre la feria restando importancia e incluso denigrando mi trabajo... No, la verdad, no esperaba que la situación en España fuese tan grave a nivel de censura y de presión política. Sin embargo sí sabía que España está llena de gilipollas.
El problema no es meter a Franco a una nevera, si no la injerencia de la política en el arte"
¿Qué quiso decir con esa represenatción? ¿Franco en una nevera es una metáfora de la permanencia de su legado en la sociedad actual?
Su legado sobre la sociedad actual es una España dividida, injusticia para las víctimas del franquismo, unos políticos que no condenan el franquismo pese a que el Consejo de Europa les ha instado a que lo hagan, un juez inhabilitado por tocar el tema... Franco en la nevera es la metáfora de todo esto y mucho más. Franco está muy presente.
¿Ha sentido el apoyo del colectivo de artistas a propósito de la denuncia de la fundación Francisco Franco?
Por supuesto, artistas, comisarios y directores de museos. Mucha gente que ha entendido que esto no es un problema de meter o no meter a Franco en una nevera. Es un problema de censura, impunidad e injerencia política en el arte. Algo que no podemos permitir si queremos que la situación del arte no degenere mucho más. En especial tengo que agradecer a la plataforma de Artistas Antifascistas todo el esfuerzo que han realizado para apoyarme. Ha sido una suerte y un lujo. Sin ellos, una exposición como ésta no se llevaría a cabo.
¿Los artistas han respetado la iconografía de Franco? No se ha visto nunca una exposición como la que comienza este viernes en Madrid que se articula en torno a la figura del dictador desde una perspectiva crítica y sarcástica.
La iconografía de Franco no se ha respetado nunca. Ahí está el trabajo de Fernando Sánchez Castillo, Jorge Galindo y Óscar Seco. Otra cosa es que a la prensa española no le haya interesado el tema por considerarlo de poca actualidad o por cuestiones de línea editorial del periódico. No se ha visto una exposición así porque es imposible hacer algo como esto sin presión política. No se puede hacer en una institución pública y a nivel privado las galerías no se quieren meter en "problemas". Por eso digo que entre todos hemos creado esta situación de mierda.
¿De qué va su nueva obra sobre el dictador?
Es un punching ball con la cabeza de Franco. Una pieza que representa la necesidad que tiene la sociedad de enfrentarse a su pasado o, mejor dicho, a la necesidad de darle de hostias al dictador. Creo que lo que ha faltado con la figura de Franco es precisamente esto, dejar a un lado el archivo y las buenas formas para expresar el descontento de los artistas de manera directa y clara, con humor, pero con la radicalidad que requiere. Es una mofa en toda regla, el tipo de humor del que tanto hacemos gala los españoles pero que tanto nos molesta cuando el objeto somos nosotros.
¿Cómo puede el arte contribuir a preservar la memoria de las víctimas y el relato verdadero del pasado?
El arte puede servir para darle una bofetada al poder, para criticarlo, para dar una visión de nuestra época... expresado de una manera simbólica o metafórica. Si lo que queremos es preservar la memoria y el relato verdadero hay que acudir a otras estrategias. A la Constitución, a la Ley y a los historiadores. Aquí el problema es grave porque todo está dominado por la política, así que quizá la solución es la revolución y cortar unas cuantas cabezas.
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